viernes, 6 de abril de 2012

Organismos de DD.HH., hicieron saber su preocupación por el acceso de represores a UBA XXII

La Liga Argentina por los Derechos del Hombre envió una nota a la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos. La misiva alerta a la institución sobre "posibles usos indebidos y repudiables del Programa UBA XXII" ante el intento de represores condenados por delitos de lesa humanidad de acceder al mismo.

Un comunicado del decano de la Facultad, Héctor Trinchero, titulado "Sobre el rol de la universidad pública en contextos de encierro. El caso de represores condenados por delitos de lesa humanidad", recordó que el Programa UBA XXII "iniciado en los primeros momentos de regularización democrática de nuestra Universidad se propone aportar conocimientos y brindar una oportunidad de acceso a distintas carreras de la universidad a personas en situación de encierro que están cumpliendo alguna condena".

"Sin embargo, recientemente se ha dado el caso en que personas que han cometido delitos de lesa humanidad durante la última dictadura cívico-militar pretenden realizar dichos estudios, lo cual constituye una situación además de indignante, conflictiva con los objetivos de dicho programa", señaló.
Agregó que "pensamos que para aportar al debate sobre las implicancias de semejantes hechos, la nota recibida y avalada por distintos organismos de Derechos Humanos es una útil herramienta de debate y esclarecimiento, no únicamente en el Consejo Directivo, el cual propone expresarse resolutivamente al respecto sino para toda la comunidad, y es por eso que la compartimos".

En su nota, la Liga había expresado su “preocupación ante el intento de los represores involucrados en la ejecución del genocidio sufrido por el pueblo argentino entre 1974 y 1983, de introducirse al sistema educativo de la universidad pública en contextos de encierro".

"Esta preocupación se extiende a la situación de docentes y estudiantes en el Programa UBA XXII, debido al hostigamiento sistemático que sufren por parte de estos detenidos condenados yo procesados en diversas causas por delitos de lesa humanidad", dice la nota de la Liga.

Agrega que "basados en nuestra experiencia como querellantes en los juicios llevados adelante en todo el país, hemos argumentado respecto de la impunidad que se perpetúa si los genocidas condenados son beneficiados por criterios de una supuesta `normalidad procesal`, inadmisible en el caso de los delitos por los que fueron condenados".

Los límites de la admisión universitaria a genocidas

DEBATE POR LA INTENCION DE TRES REPRESORES DE CURSAR EN UBA XXII
Los límites de la admisión

Los marinos Adolfo Donda, Juan Carlos Rolón y Carlos Guillermo Suárez Mason quieren estudiar en el programa de la UBA en la cárcel. Docentes y alumnos internos expresaron su rechazo y alegaron “violencia moral”. Se espera una definición de la universidad.

Tres represores que actuaron en la ESMA, uno condenado y los otros procesados por delitos de lesa humanidad, pretenden ingresar como alumnos de UBA XXII, el programa de educación universitaria en las cárceles. Quieren estudiar Abogacía y Sociología. Uno de ellos ya está inscripto, a fuerza de una intimación judicial. Los otros dos podrían ser inscriptos en los próximos días. Los profesores, y hasta los internos alumnos del programa, expresaron su rechazo, alegando “violencia moral”. El decano de la Facultad de Filosofía y Letras, Hugo Trinchero, planteó que la situación es, “además de indignante, conflictiva con los objetivos del programa”. Mientras, desde la carrera de Sociología se impulsa un proyecto con términos y opiniones similares en la Facultad de Ciencias Sociales. Las autoridades de UBA XXII esperan un pronunciamiento del Consejo Superior de la universidad para resolver qué hacer.

Se trata de Adolfo Donda, condenado junto a Alfredo Astiz y Jorge Acosta en el primer juicio a los represores de la ESMA. Se trata de Juan Carlos Rolón, juzgado en el mismo juicio, aunque sólo por la desaparición de las monjas francesas, quien resultó absuelto, aunque sigue procesado y será juzgado por decenas de otros delitos. Se trata de Carlos Guillermo Suárez Mason (hijo del ex comandante del Primer Cuerpo de Ejército, Carlos Suárez Mason), procesado con prisión preventiva. Rolón y Donda quieren estudiar Abogacía; Suárez Mason, Sociología.

“La decana de Derecho (Mónica Pinto), la secretaria académica de la UBA (Catalina Nosiglia) y el propio rector (Ruben Hallu) han expresado su preocupación sobre el tema”, dijo a Página/12 el director del Programa UBA XXII, Ariel Cejas, aunque reconoció que aún “no hay una decisión institucional” al respecto. “Yo mal puedo como director del programa arrogarme facultades que no tengo, hasta tanto el Consejo Superior no se expida –dijo Cejas–. El problema a resolver es si jurídicamente la universidad puede negarles el derecho a estudiar a ciertos detenidos.”

El camino del Ciclo Básico Común (CBC) de la UBA quieren transitar los represores de la Marina. El primer aspirante fue Rolón, alojado en la cárcel de Marcos Paz, quien pidió su inscripción a fines del año pasado. La UBA, en principio, no lo inscribió, por lo que recibió una intimación judicial para que habilitara el derecho del detenido al estudio. “La universidad resolvió entonces inscribirlo libre, para que no tenga que cursar con los demás internos”, contó Cejas. Rolón debía rendir en marzo su primer examen, pero la mesa fue levantada ante la falta de profesores.

Hace dos semanas llegaron los pedidos de inscripción de Donda y Suárez Mason, desde el hospital del penal de Ezeiza. “Cada unidad académica es independiente. Yo me comuniqué, en este caso, con las autoridades del CBC, que habilitaron la inscripción –dijo Cejas–, así que se los va a inscribir como libres en el transcurso de este mes”, siempre que el Consejo Superior no decida lo contrario. Si esto no sucediera, Donda y Suárez Mason comenzarían sus exámenes libres a mitad de año, al igual que Rolón, cuya primera mesa fue levantada.

La cursada de los internos regulares empezó el 26 de marzo. Entre carreras, CBC y cursos extracurriculares, este inicio lectivo reunió alrededor de 550 inscriptos. Del total, más de cien firmas de alumnos solicitaron no cursar con detenidos por crímenes de lesa humanidad. El rechazo también llegó desde la docencia.

“Hay un malestar muy fuerte. Hubo un caso (Rolón) en que hubo un recurso judicial, y la UBA no apeló”, dijo el coordinador y docente de Sociología del programa Marcelo Langieri. “Hay una violencia moral muy grande. A mí mismo, la Marina me reventó la casa. Y pudo haber sido el propio Donda. En la dictadura la carrera de Sociología fue cerrada, intervenida. Es un pasado que está presente”, dijo.

La Facultad de Filosofía y Letras recibió una carta de la Liga Argentina por los Derechos del Hombre alertando sobre “posibles usos indebidos y repudiables del Programa UBA XXII”. El decano Trinchero consideró que el hecho de que “personas que han cometido delitos de lesa humanidad durante la dictadura cívico-militar” pretendan formarse en UBA XXII “constituye una situación, además de indignante, conflictiva con los objetivos de dicho programa”.

La directora de la carrera de Sociología, Alcira Daroqui, Langieri y el consejero y profesor Lucas Rubinich redactaron un proyecto que será presentado en Sociales, donde argumentaron que, por estatuto, la universidad tiene la potestad de “establecer las condiciones de admisibilidad” de sus estudiantes, y que los crímenes de lesa humanidad “plantean la inhabilidad moral de sus responsables para convivir en el seno de la UBA”.

Cejas destacó la complejidad del problema y se preguntó: “¿Por qué sería posible que estudie un violador, un policía que mató a un chico en el Riachuelo, un corruptor de menores y no un tipo que cometió delitos de lesa humanidad?”. El debate sigue abierto en la universidad.